El arte plástico dominicano pierde con Guillo Pérez a uno de sus más fecundos exponentes
Santo Domingo;-La paleta de colores de la pintura dominicana acada de perder uno de sus más espectaculares pinceles: Guillo Pérez, natural de Moca y nacido en 1926, acaba de fallecer por padecimiento de una crónica enfermedad que le abatía desde hace algunos años. Se produjo su deceso hace unas horas en su residencia del Ensanche Piantini. Sus restos mortales serán velados a partir de las primeras horas de la tarde, en la capilla La Paz, de la funeraria Blandino, de la avenida Abraham Lincoln, apunta el crítico y curador de arte Abil Peralta Agüero, asesor cultural de la Cámara de Diputados. Su fallecimiento despide la vida de uno de los más fecundos creadores de nuestra pintura, enlutece los artistas y deja plasmada una obra singular y diferenciada por el fuerte colorismo de sus empastes.
Santo Domingo;-La paleta de colores de la pintura dominicana acada de perder uno de sus más espectaculares pinceles: Guillo Pérez, natural de Moca y nacido en 1926, acaba de fallecer por padecimiento de una crónica enfermedad que le abatía desde hace algunos años. Se produjo su deceso hace unas horas en su residencia del Ensanche Piantini. Sus restos mortales serán velados a partir de las primeras horas de la tarde, en la capilla La Paz, de la funeraria Blandino, de la avenida Abraham Lincoln, apunta el crítico y curador de arte Abil Peralta Agüero, asesor cultural de la Cámara de Diputados. Su fallecimiento despide la vida de uno de los más fecundos creadores de nuestra pintura, enlutece los artistas y deja plasmada una obra singular y diferenciada por el fuerte colorismo de sus empastes.
Guillo Pérez Chacón, quien nació en San Víctor, de Moca, provincia
Espaillat, el 3 de marzo de 1926, había logrado trascendencia y
diferenciación por su obra expresionista y abstracta, en un universo
figurativo que incluyó monumentos coloniales, y de Jerusalén, marinas,
figuras humanas, los elementos del ingenio azucarero (desde la caña
hasta los bueyes), los paisajes, los caseríos, los gallos, las flores y
las hojas de plátano.
Su principal logro en el lienzo es el equilibrio de la luz del Caribe
con una visión poética contemplativa.
Se caracterizaba por el uso de la espátula para lograr impactantes
efectos de colorido fuerte y centrado en una masa pictórica que le
caracterizó desde sus inicios de carrera, luego de haber estudiado en la
Escuela de Artes de Santiago de los Caballeros en el año 1950. En 1952
fue nombrado profesor y se estableció en Santo Domingo en 1955 donde
inició una serie de exposiciones, tanto individuales como colectivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario