Por Cesar Duvernay.
Con la aquiescencia de Leonel Fernández y
Danilo Medina quedó en un segundo plano la convicción generalizada de
que este momento no es para echar a correr precandidaturas
presidenciales. El que los principales líderes del Partido de la
Liberación Dominicana (PLD) no objetaran la campaña a destiempo (eso
tiene sus razones) oficializó el toque de arrancada.
Y la realidad
indica que de todos los proyectos conocidos el de Francisco Javier
García (FJG) se destaca por no solo ser el más fuerte, sino por ser el
que marca la pauta para los otros. Estructura a nivel nacional, vallas
promocionales por doquier, publicidad objetiva, vehículos rotulados y
logística, muestran la existencia de un plan operativo donde la
improvisación no tiene cabida.
Miembro del Comité Político,
decente pero feroz en el combate, y habiendo sido jefe de campañas
ganadoras tanto de Fernández como de Medina, FJG se convierte en un
punto catalizador de ambos grupos. Algo que junto a su brillantez
expositora le da ventaja ante sus contrarios.
Pero llama la
atención que con sus acciones el proyecto busca -y lo logra- enfatizar
en ciertos mensajes.
Uno de ellos es el de la fortaleza económica. El
despliegue que está haciendo FJG solo se ve un año o seis meses antes de
las elecciones, por tanto es obvio que si todo esto es empezando y a
tres largos años de los comicios, lo que está por venir será tan grande
como la estructura económica y empresarial que le respalda.
Otro
de los puntos en la cual la precandidatura pone especial atención es en
el manejo. FJG solo hace proselitismo los fines de semana y prohibió
mediante reunión a sus seguidores que son empleados del ministerio que
dirige (Turismo), hacer activismo dentro de la institución así como
utilizar vehículos oficiales cuando le acompañen en sus periplos.
No
hay dudas que FJG está en lo suyo. Que utilizando un término
beisbolero, cogió un buen brinco y que si bien sus aspiraciones están
supeditadas a que Leonel Fernández (invencible en el PLD) no concurra,
hoy, al paso que va y por los “músculos” que exhibe, solo el propio
expresidente pudiera ganarle.
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