Por;.Emilio Herasme Peña
Los dominicanos de todos los estratos sociales, económicos y políticos que mejor conocen la historia más reciente del país, tienen plena conciencia de los valiosos aportes hechos por el PRD a la democracia dominicana, cuyos beneficios nadie discute, a pesar de todas sus imperfecciones, si se compara con lo sucedido durante los 31 años de la tiranía y la fatídica experiencia del Triunvirato golpista.
Los dominicanos de todos los estratos sociales, económicos y políticos que mejor conocen la historia más reciente del país, tienen plena conciencia de los valiosos aportes hechos por el PRD a la democracia dominicana, cuyos beneficios nadie discute, a pesar de todas sus imperfecciones, si se compara con lo sucedido durante los 31 años de la tiranía y la fatídica experiencia del Triunvirato golpista.
A ese respecto se recuerda que al PRD le cabe el
mérito de haber corrido el riesgo de ser el primer partido político en
establecerse en el país tras el ajusticiamiento del tirano Rafael
Trujillo Molina en 1961, y que gracias a ello fue que otras dos
organizaciones opositoras emergieron a la actividad política de manera
pública, como fueron las agrupaciones patrióticas 14 de Junio y Unión
Cívica Nacional.
Fruto de los mítines y las diversas actividades
públicas antitrujillistas del PRD, el 1J4 y UCN, fue que aumentó
considerablemente la cantidad de dominicanos que adquirieron conciencia
de la represión política y los crímenes cometidos por el régimen
encabezado por el tirano desde 1930.
Esas actividades opositoras hicieron posible que a
partir de entonces en el país se empezaran a respirar los aires de
libertad prohibidos por la tiranía trujillista, cuyas bocanadas se
disfrutaron a plenitud después que todos los Trujillo se marcharon al
extranjero en ese año 61.
Aquel gobierno ejemplar
Menos de dos años después, el PRD le hizo otros
dos importantes aportes al país y a su democracia, como fueron el
establecimiento del primer gobierno elegido libremente por el pueblo en
más de 30 años, y que todas las ejecutorias de éste durante su corta
existencia de apenas siete meses, se ajustaron plenamente a lo que es el
respeto a las libertades públicas y los derechos individuales.
Ese mismo gobierno perredeísta instalado el 27 de
febrero de 1963, fue además un ejemplo de honestidad absoluta en el
manejo de los fondos públicos, y es de ahí que se le ha reconocido
siempre, el mérito de ser el más honesto que tuvo el país a lo largo de
todo el siglo pasado, e incluso en lo que va del presente.
De igual modo, al PRD se le reconoce el atributo
de haber afianzado el respeto a la voluntad popular expresada en las
urnas, ya que fue el partido político propulsor de la Revolución
Constitucionalista 1965, la cual dejó como su principal legado, que
todos los gobiernos elegidos mediante el voto popular desde entonces,
han terminado su mandato.
La democracia interna
En 1977 el PRD sentó el precedente democrático
consistente en que cuatro precandidatos aspirantes a la nominación
presidencial, terciaron en su novena convención celebrada ese año, la
cual culminó con la realización de dos rondas de votación, siendo el
ganador aquel que obtuvo más del 50 por ciento de los votos emitidos.
Fue en esa ocasión, cuando el caudillismo
partidista sufrió su primer revés, desapareciendo por completo a partir
de 1995 cuando tres peledeístas aspiraron a la nominación presidencial
de su partido, y otros dos lo hicieron por el PRSC.
De nuevo en 1981, el PRD le hizo su siguiente
aporte a la democracia dominicana, en ocasión de que todos sus
dirigentes y militantes sufragaron para escoger a su candidato
presidencial para los comicios de 1982, mecanismo que actualmente rige
en los otros dos partidos mayoritarios del país.
El cese de la represión
A partir de 1978, el PRD le puso fin a la
persecución policial y militar por motivos políticos, al vaciar por
completo las cárceles de presos políticos antibalagueristas, permitiendo
al mismo tiempo el retorno a su patria de aquellos que se vieron
forzados a emprender el camino del exilio.
Al propio tiempo, el perredeísmo extirpó de cuajo
la actividad política en los cuarteles militares, eliminando de paso la
participación en actividades políticas partidistas, a oficiales de altos
y bajos rangos, como generales, coroneles, mayores, capitanes y
tenientes.
A consecuencia de que el PRD le puso fin a partir
de 1978 al encarcelamiento y al exilio por motivos políticos, fue que
esa modalidad represiva de corte trujillista, desapareció en gran medida
del escenario nacional a partir de entonces; y fue también gracias al
precedente sentado por el PRD, que en las campañas reeleccionistas de
1990 y 1994, Balaguer no utilizó a los militares, o al menos no lo hizo
en forma descarada.
Fin del fraude electoral
El penúltimo aportes del PRD a la democracia
dominicana, fue ponerle fin a la utilización del fraude burdo en los
procesos electorales, tal como lo consiguió a partir de 1994 cuando el
balaguerismo gobernante aplicó la nefasta práctica de excluir de los
padrones electorales, a sufragantes de reconocida militancia
perredeísta.
Dicho fraude fue comprobado por los observadores
extranjeros que supervisaron esos comicios, y aunque Balaguer permaneció
en el poder, su período de cuatro años fue recortado a dos, lo que para
él debió ser una vergüenza.
Fue en ese año de 1994 que el PRD le hizo su
último aporte a la democracia del país, cuando en su propuesto Pacto por
la Democracia acogido por Balaguer, aquí se consagró que para declarar
ganador a un partido en unas elecciones, debía haber obtenido un
determinado porcentaje de los votos válidos emitidos.
Se metió el cuchillo
Con esa propuesta, el PRD se metió él mismo un
cuchillo en su garganta, ya que de no haber existido ese requisito, los
perredeístas y su candidato presidencial hubiesen ganado las elecciones
en la primera y única vuelta que debió celebrarse el 16 de mayo de 1996.
La vigencia esa nueva modalidad de elección, a
quien benefició fue al PLD, ya que al quedar segundo en la primera
vuelta, recibió en la segunda el apoyo de Balaguer y su partido.
De todos modos, la modalidad de un porcentaje
mínimo para ganar unas elecciones en una primera vuelta, existe en todas
las democracias del mundo, de manera que esa propuesta del PRD en 1994,
le hizo daño entonces y lo seguirá perjudicando en el futuro, pero se
trata de un mecanismo más representativo de la voluntad electoral
mayoritaria.
Todo eso se esfumará
El recuento anterior arroja, que el PRD ha sido el
pionero o principal instrumento en el proceso de establecimiento y
mejoramiento de la democracia en el país, lo cual lo coloca a ese
respecto, muy por encima del PLD y el PRSC.
No obstante, todos esos logros y méritos
acumulados por el PRD entre 1961 y 1994, se esfumarán pulverizados por
la ambición desmedida de una minoría que por las malas se ha hecho dueña
de ese partido, a pesar de que ninguno de sus integrantes participó en
la materialización de esos aportes.
Emilio Herasme Peña |
Extrañamente, esa minoría que es la principal
responsable del actual desastre que sufre el PRD, se aferra a ostentar
un puesto dirigencial que no le corresponde, al vencerse el período para
el que fue elegido; y ello gracias a que cuenta con un el respaldo
externo que se mueve en la sombra, pero que se beneficia en grande de
esa hecatombe.
Es de ahí que todo ese pasado luminoso del PRD,
esté siendo pulverizado día a día por esa minoría, lo que a fin de
cuenta arrojará como resultado, que todos esos aportes hechos por ese
partido a la democracia dominicana, terminarán echados por siempre en
los cajones del olvido.
Autor: Emilio Herasme Peña
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