Dos soldados británicos admitieron abusar de civiles afganos cuando se presentaron ante una corte marcial en Alemania.
Ambos fueron acusados de conducta indecente hacia niños y de abuso racial.
Su comandante fue absuelto de fracasar en su deber de hacer frente a los delitos.
Los tres hombres permanecen bajo anonimato por
temor a que si se les identifica se pondría en peligro sus vidas y las
de sus familias.
Los soldados, conocidos como soldados X, Y y Z, comparecieron ante el tribunal en Sennelager.
El soldado X admitió poner la mano de un niño afgano en su entrepierna mientras le decía "toca mi lugar especial".
El delito tuvo lugar mientras estaba de gira en
Afganistán en diciembre de 2011. También admitió insultar a otro niño
afgano el 16 de octubre de 2011 y el seis de enero 2012.
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