SEÚL (Reuters);-Corea del Sur contraatacará si Corea del Norte
organiza una ofensiva contra su territorio, advirtió el lunes el
presidente surcoreano, en un momento en que las tensiones aumentan en la
península coreana en medio de la retórica estridente de Pyongyang y el
despliegue de aviones de combate estadounidenses.
Corea del Norte dice que la región está al borde de una guerra
nuclear a raíz de las sanciones que Naciones Unidas impuso por su prueba
nuclear de febrero y una serie de ejercicios militares conjuntos de
Estados Unidos y Corea del Sur que han incluido una inusual demostración
del poder aéreo estadounidense.
Corea del Norte dijo el sábado que estaba entrando en un "estado
de guerra" con Corea del Sur en respuesta a lo que denominó como
ejercicios militares "hostiles" que se celebran en su vecino del sur.
Pero no han habido señales de actividad inusual de las fuerzas
armadas norcoreanas que sugieran una agresión inminente, dijo la semana
pasada un responsable del Ministerio de Defensa de Corea del Sur.
"Si hay alguna provocación en contra de Corea del Sur y su
pueblo, debe haber una respuesta firme en combate inicial sin ningún
tipo de consideraciones políticas", dijo el presidente Park Geun-hye al
ministro de Defensa y altos cargos en una reunión el lunes.
Corea del Sur ha cambiado sus reglas para entrar en combate para
permitir que las unidades locales respondan de inmediato a los ataques,
en lugar de esperar a la autorización de Seúl.
Molesto por las críticas de que su respuesta al bombardeo de una
isla surcoreana en 2010 fue demasiado lenta, Seúl ha amenazado con
atacar al líder norcoreano, Kim Jong-un y destruir las estatuas de la
dinastía gobernante Kim en caso de cualquier nuevo ataque, una plan que
ha indignado a Pyongyang.
Seúl y su aliado Estados Unidos restaron importancia al
comunicado del sábado de la agencia de noticias oficial norcoreana KCNA,
visto como el último en una serie de palabras duras procedentes de
Pyongyang.
Corea del Norte endureció su retórica a principios de marzo,
cuando Estados Unidos y las fuerzas surcoreanas comenzaron ejercicios
militares anuales que incluyeron vuelos de bombarderos B-2 en una sesión
de práctica, lo que provocó que Corea del Norte pusiera a sus unidades
de misiles en estado de alerta para disparar contra las bases militares
estadounidenses en Corea del Sur y en el Pacífico.
Estados Unidos también envió aviones de combate F-22 el domingo
para participar en los ejercicios. Los F-22 fueron desplegados
anteriormente en Corea del Sur en 2010.
Por su parte, Corea del Norte canceló un armisticio con Estados
Unidos que puso fin a la Guerra de Corea y cortó todas las líneas
directas con las fuerzas estadounidenses, Naciones Unidas y Corea del
Sur.
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