Por, Julio Maríñez.
Santo Domingo;-En su intento por defender a Hipólito de sus graves
responsabilidades, por perder unas elecciones que pudo ganar el PRD,
Milagros escribió que Miguel se negó a aceptar los resultados de la
convención. Cita la declaración de Danilo Medina de que era un “motor
apagado”, y lo acusa de excluir del CEN a presidentes y alcaldes.
Se
trata de una forma de rehuir las verdaderas causas que anidan en la
crisis que ha estado sacudiendo a nuestro partido. Pero veamos los
puntos que plantea Milagros.
Miguel aceptó los resultados
fraudulentos de la convención luego de que se le negara su revisión y
transparencia. Y dijo al PRD y al pueblo que si no los aceptaba,
dividiría al partido y que él no se prestaría a eso. Proclamó y levantó
la mano a Hipólito, y llamó a los perredeístas a respaldarlo.
Defendió
el recuadro 1 en la boleta electoral; se opuso a la inclusión de los
candidatos vicepresidenciales, que Hipólito no quería; defendió en los
problemas del Centro de Cómputos y el Padrón Electoral; entregó a tiempo
y en cantidad nunca vista los recursos del partido para la candidatura;
e hizo una campaña nacional llamando a votar blanco por el número 1, es
decir, PRD-Hipólito. Ese motor, Milagros, nunca se apagó, como
evidencian sus hechos.
Ahora bien, Hipólito atacó más a Miguel
que a Danilo, y repetía “lo derroté, lo quebré, y cuando gane le voy a
hacer como Hatuey”, a quien expulsó de la presidencia del partido en
2004. “Miguel no está en mi line-up... él allá, y yo aquí”. Soy testigo
de primera mano de esa conducta, pues, así se expresó en una
conversación que sostuvimos en su residencia veraniega de Jarabacoa,
donde fui a explicarle la conveniencia de que integrara a Miguel a su
campaña.
Milagros sintetizó la torpe soberbia triunfalista del PPH
cuando dijo en un video periodístico ya memorable: “Ganamos con Miguel,
y sin Miguel”. Es decir, que fueron Hipólito y sus asesores los que
crearon la percepción de que el “motor” Miguel fue “apagado”, lo cual
repitió Danilo.
“Escribe estas líneas quien en el 2007 anunció su
derrota (Ö) y se integró de inmediato a las tareas”, falso testimonio
de Milagros. Es conocido que ganándole una convención no cuestionada y
con un 81 por ciento, Miguel Vargas la visitó unas siete veces hasta
concluir negociaciones que llevaron a su integración a la campaña, meses
después de la convención.
Ortiz Bosch enlista presidentes y
alcaldes que como miembros ad-hoc del Comité Ejecutivo Nacional pueden
figurar o no en las listas oficiales, pero que en cada reunión se les
habilita una mesa especial para su acreditación. Su eventual omisión
ocurre porque su condición de miembros del CEN es transitoria. Es penoso
que Milagros presente tal situación como exclusión.
Ahora, ¿por
qué quiere Milagros explicar la crisis del PRD en términos de
protagonismo personal? Porque procura ocultar sus verdaderas causas: la
feroz resistencia que hacen ella y un grupo de dirigentes al relevo
generacional que ha impulsado Miguel Vargas en la dirigencia del PRD, y
que han encontrado en la ambición continuista de Hipólito a su verdadero
líder.
Pasadas las elecciones, Miguel propuso una consulta para
revisarnos a fondo, para hacer los afinamientos y el redireccionamiento
que adecúe al PRD a los nuevos tiempos que viven la sociedad dominicana y
el mundo.
Para analizar por qué perdimos en 2004; en 2008; por
qué fuimos el partido más votado en 2010 sin ganar una sola senaduría;
qué ocurrió realmente en la convención de 2011; y cuáles fueron las
verdaderas causas de la derrota de 2012.
El PPH y sus nuevos
asociados no soportarían el examen a fondo de esos temas, pues la
contrarreforma constitucional de 2002, que pisoteó los principios
democráticos de Peña, y la ambición continuista de Hipólito son el hilo
conductor de todos esos fracasos del PRD.
Saben que su
indisciplina, su irrespeto a la institucionalidad, su virulencia verbal y
sus acciones violentas se deben a que se niegan a aceptar que están en
minoría. Por eso suplantaron a la Comisión Política el 1 de junio;
boicotearon el 24 de julio la elección democrática de la directiva del
bloque de diputados, creando una representación paralela; y por eso
interrumpieron violentamente la reunión del Comité Ejecutivo del 27 de
enero.
El PPH y sus asociados son minoría porque representan una
generación fallida de dirigentes que no fueron capaces de apoyar a Peña
Gómez en sus bregas para conformar el gran partido democrático, moderno,
eficiente, unido y triunfador que él quiso legarle a su pueblo.
Por
más de 50 años han ostentando los principales puestos de dirección y
los cargos de representación en el Estado, y resisten como fieras ceder
los espacios que corresponden a las nuevas generaciones de perredeístas.
Nunca fueron esencialmente demócratas, y por eso encontraron en la
ambición continuista de Hipólito al “hombre de pantalones” que siempre
llevaron en las honduras de sus subconscientes, renegando de las
enseñanzas y el ejemplo de alternabilidad democrática que nos legaron
José Francisco Peña Gómez, Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco.
Ellos
son el pasado y han convertido a Miguel Vargas en su enemigo porque
impulsa al liderazgo de relevo y representa un futuro luminoso y
triunfador para el PRD.
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