Cuando Hugo Chávez ascendió a los cielos fue recibido por Simón Bolívar,
Evita Perón, Salvador Allende y el Che Guevara, entre otras figuras
notables del santoral de la izquierda venezolana.
Caracas,Venezuela.BBC Mundo;-Es la versión en dibujos animados que presenta en un video de un minuto de duración la cadena estatal venezolana Vive TV.
Caracas,Venezuela.BBC Mundo;-Es la versión en dibujos animados que presenta en un video de un minuto de duración la cadena estatal venezolana Vive TV.
En la pieza se ve cómo el líder bolivariano, en alpargatas y con la tradicional chaqueta con el tricolor de la bandera de Venezuela, llega a unos verdes pastos que asemejan el paisaje de los llanos de Sabaneta de Barinas, en el suroeste de Venezuela.
Es lógico, considerando que para el presidente su terruño era algo así como el Paraíso, el sitio donde aspiraba a retirarse algún día y el lugar donde dijo que quería ser enterrado, una última voluntad que todavía no se ha cumplido.
Y claro está, a juzgar por quienes lo reciben, se trata de un paraíso exclusivo para izquierdistas y nacionalistas de América Latina.
Es la más reciente herramienta de la estrategia de "santificar" al fallecido presidente y convertirlo en el "Líder Supremo y trascendente" de la llamada revolución bolivariana para la movilización de sus seguidores ante las venideras elecciones, las primeras en casi tres lustros en las que Chávez no estará, al menos no físicamente.
"Cristo de los pobres"
La verdad es que desde su muerte el 5 de marzo, la figura de Chávez se ha hecho omnipresente, con fotos gigantes en edificios públicos, la repetición de sus maratónicos programas dominicales y sus discursos.
En la explotación electoral de la memoria y el recuerdo del presidente el discurso oficial ha etiquetado a Chávez como el "Jesucristo de los pobres".
Incluso el vicepresidente y ahora candidato presidencial, Nicolás Maduro, a quien Chávez ungió como su sucesor, habló de unas gestiones celestiales para lograr que el argentino Jorge Bergoglio fuera elegido Papa.
Los seguidores del chavismo aceptan de buen grado las bondades de su desaparecido líder, a quien siempre han tenido en el altar de la política.
Ahora, ya desaparecido, lo tendrán además para rezarle.
De hecho, desde hace mucho tiempo en las tiendas que venden productos vinculados a la santería se podían comprar figuritas de Chávez, junto a las de Bolívar, María Lionza, el beato Dr. José Gregorio Hernández y otros "santos" del culto sincrético venezolano.
"Chávez no es un santo"
Esta Semana Santa, las estampitas de Chávez competían a las puertas de las principales iglesias de Caracas en la preferencia de la clientela-feligresía con las tradicionales figuras de vírgenes y nazarenos típicos de la fechas.
Pero en una sociedad tan dividida como la venezolana, lógicamente no todos creen que Chávez haya sido un santo y consideran que la beatificación es una burla de la fe católica que profesa la mayoría de los ciudadanos.
El arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa, pidió no seguir comparando a Cristo con gobernantes o personas de este mundo porque aseguró que se trata del "mismo Dios hecho hombre" y no es equiparable a ningún líder social o político contemporáneo.
El debate sobre la "santidad" de Chávez queda como otros tantos diálogos imposibles en medio de la polarización venezolana.
Y menos aún cuando el "ascenso a los cielos" es promovido desde el mismo aparato de información oficial, que lo usa como parte del arsenal de propaganda para las elecciones del 14 de abril.
Para muchos la votación de ese día será como un acto de fe, a favor o en contra del desaparecido presidente, como solía suceder cuando vivía.
Es lógico, considerando que para el presidente su terruño era algo así como el Paraíso, el sitio donde aspiraba a retirarse algún día y el lugar donde dijo que quería ser enterrado, una última voluntad que todavía no se ha cumplido.
Y claro está, a juzgar por quienes lo reciben, se trata de un paraíso exclusivo para izquierdistas y nacionalistas de América Latina.
Es la más reciente herramienta de la estrategia de "santificar" al fallecido presidente y convertirlo en el "Líder Supremo y trascendente" de la llamada revolución bolivariana para la movilización de sus seguidores ante las venideras elecciones, las primeras en casi tres lustros en las que Chávez no estará, al menos no físicamente.
"Cristo de los pobres"
La verdad es que desde su muerte el 5 de marzo, la figura de Chávez se ha hecho omnipresente, con fotos gigantes en edificios públicos, la repetición de sus maratónicos programas dominicales y sus discursos.
En la explotación electoral de la memoria y el recuerdo del presidente el discurso oficial ha etiquetado a Chávez como el "Jesucristo de los pobres".
Incluso el vicepresidente y ahora candidato presidencial, Nicolás Maduro, a quien Chávez ungió como su sucesor, habló de unas gestiones celestiales para lograr que el argentino Jorge Bergoglio fuera elegido Papa.
Los seguidores del chavismo aceptan de buen grado las bondades de su desaparecido líder, a quien siempre han tenido en el altar de la política.
Ahora, ya desaparecido, lo tendrán además para rezarle.
De hecho, desde hace mucho tiempo en las tiendas que venden productos vinculados a la santería se podían comprar figuritas de Chávez, junto a las de Bolívar, María Lionza, el beato Dr. José Gregorio Hernández y otros "santos" del culto sincrético venezolano.
"Chávez no es un santo"
Esta Semana Santa, las estampitas de Chávez competían a las puertas de las principales iglesias de Caracas en la preferencia de la clientela-feligresía con las tradicionales figuras de vírgenes y nazarenos típicos de la fechas.
Pero en una sociedad tan dividida como la venezolana, lógicamente no todos creen que Chávez haya sido un santo y consideran que la beatificación es una burla de la fe católica que profesa la mayoría de los ciudadanos.
El arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa, pidió no seguir comparando a Cristo con gobernantes o personas de este mundo porque aseguró que se trata del "mismo Dios hecho hombre" y no es equiparable a ningún líder social o político contemporáneo.
El debate sobre la "santidad" de Chávez queda como otros tantos diálogos imposibles en medio de la polarización venezolana.
Y menos aún cuando el "ascenso a los cielos" es promovido desde el mismo aparato de información oficial, que lo usa como parte del arsenal de propaganda para las elecciones del 14 de abril.
Para muchos la votación de ese día será como un acto de fe, a favor o en contra del desaparecido presidente, como solía suceder cuando vivía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario