Danilo en alerta por reclamos salariales

BUSCA MANTENERSE FUERTE ANTE LA NEGOCIACIÓN CON LA MINERA BARRICK GOLD
El presidente Danilo Medina parece decidido a desmontar las crisis por aumentos salariales de maestros y mejorías de servicios en hospitales públicos, para mantenerse fuerte ante el sensitivo tema de la negociación con la Barrick Gold, que permitiría al estado mejorar sus ingresos.

Medina tiene el apoyo nacional para lograr un acuerdo con la Barrick Gold, cosa que al parecer llevará a flexibilizar la posición al principio dura de Canadá, según se desprende de las declaraciones de su consejero comercial en el sentido de que la Embajada podría mediar.

De acuerdo a Eric Gélinas “estamos aquí para ayudar al gobierno de República Dominicana y la empresa para hacer un diálogo, estamos al servicio del presidente o de la empresa para ayudar a resolver, es asunto entre el gobierno de la República y una empresa canadiense”.

“...El oro que subyace en el suelo de la patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperon, es del pueblo dominicano. ¡De nadie más!”.”
Danilo Medina, presidente de la República.

Esa postura del régimen de Otawa se distancia bastante de lo afirmado por el gerente de comunicaciones de la compañía extranjera, Jorge Esteva en el sentido de que no hay razones para que el estado pida renegociar el contrato, por “lo que no está sobre la mesa”.

Se diría que el funcionario local no tiene la potestad de asumir una posición inflexible cuando se sabe que recientemente Canadá envió aquí a su canciller y que el presidente Medina supuestamente le reafirmó su demanda ante la Asamblea Nacional el pasado 27 de febrero.

Para la parte dominicana el conseguir mayores ingresos de las extraordinarias ganancias que tiene la Barrick Gold por los elevados precios del oro en los mercados internacionales es casi de vida o muerte, sobre todo cuando el FMI ha pedido un nuevo reajuste fiscal.

Los ciudadanos ven como abusivo más reformas sobre sus bolsillos mientras la compañía Barrick Gold recibiría ingresos anuales por US$1,753 millones con los precios actuales del oro, y el estado, dueño de los minerales, solamente US$56 millones, equivalentes al 3.2% de la producción.

Medina pretende una auditoría internacional que examine el estado financiero de la inversión de la compañía y constate, contrato aparte, las cuantiosas ganancias que se llevaría la empresa, que deja a un lado  el  espíritu de la Ley que habla de “contribuir al crecimiento económico y al desarrollo social”.

Paros y reclamos
El presidente Medina puede estar advertido de que los paros y reclamos, que se iniciaron el mes pasado en la UASD, cuyos profesores y empleados lograron un sustancial aumento de salarios, y de los maestros de escuelas que piden alza de 100%, revolverían el tranquilo ambiente del país.

Una negociación exitosa del presidente con la Barrick Gold requeriría que no estén en el horizonte dificultades con los sectores populares y la población en general, que acogió sin mayores traumas la reforma fiscal que elevó el ITBIS al 18% y provocó aumentos de precios.

Si Medina tuviera detrás de sí las masas populares su régimen podría enfrentar varios conflictos al mismo tiempo, pero no es el caso. Aunque con el 80% de aprobación según la última encuesta Gallup-Hoy, la realidad es que la gente no soporta más presión sobre su economía.

Medina, que no es en realidad el líder de su partido, PLD, tiene la calidad moral y el valor de su palabra pero la gente de la calle que ahora lo valora de manera extraordinaria podría mudarse si le afectan sus intereses. El PLD y su cúpula gobernante parece que están en la lucha de posiciones y disfrute del poder sin acordarse de los electores.

Se alega que los maestros cobijados en la ADP han llegado lejos al pedir un aumento del 100% de sus salarios y por ello propusieron un paro en las escuelas que la gente repudió. La decisión de paralizar las escuelas dañó la reputación de la ADP en el menor de los casos, porque desnaturalizó a posteriori su lucha por el 4% para la educación.

Los médicos del hospital doctor Darío Contreras, que trabajan en ese lugar en pésimas condiciones y sin la mínima seguridad, tuvieron más dignidad porque su Colegio no planteó ventajas personas sino reparación de la estructura, mejor trato a los pacientes y protección.

Críticos de las decisiones del régimen podrían decir que el presidente Mejía está comprometiendo el presupuesto en grandes obras como la carretera Cibao-Sur, una conflictiva obra, y muchas otras mientras no socorre a tiempo algunos hospitales del país que se caen a pedazos.

Debido a un compás de espera en sus paros, los maestros y los médicos del hospital Doctor Darío Contreras han pasado a la mesa de negociaciones para buscar soluciones, pero los galenos al menos lograron un compromiso para auxiliar el centro de traumatología, que no se pensó estaba en tan malas condiciones.

Al régimen le queda pendiente encarar las demandas de aumentos salariales de los empleados públicos y privados, sobre todo de los últimos, a quienes se le ha impuesto un salario mínimo que no alcanza para cubrir la canasta familiar que ya pasa de RD$30 mi pesos al mes.

El FMI al ataque
El pasado viernes cuando Medina retornaba al país luego de cumplir el compromiso obligatorio de asistir a las exequias para el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, encontró la información de que el FMI vuelve al país para exigir un nuevo ajuste y aumento de la electricidad.

Las siglas más odiadas, FMI, al menos ahora pide la eliminación de las exenciones tributarias para reducir la deuda pública en relación con el PIB. Dice que el déficit fiscal del año 2012, de un 8.8% se debió a una combinación de debilidad en los ingresos y un aumento del gasto primario de 4%.

Las exigencias del FMI se producen en momentos en que la última reforma ha encarecido los precios de muchos artículos que anteriormente no estaban gravados por el ITBIS y también al sobre precio inclusive en frutas y vegetales por agiotaje en el sector comercial minorista. Otra cosa mala es el alza en la prima del dólar observada en los últimos días.

Al presidente Medina le resultará muy cuesta arriba proponer en el futuro cercano una nueva reforma fiscal cuando la costumbre es que las reformas no imponen que los que tienen más paguen más, como pide el presidente Obama en su país, sino los pobres y la clase media.

Hasta ahora, con casi siete meses en el solio, al presidente Medina le ha salido todo bien, ha mostrado una imagen de trabajo diario, ha puesto en marcha numerosas iniciativas de su programa de gobierno y cuenta con la tranquilidad de las calles y los ataques concentrados en su antecesor, el doctor Fernández.