Danilo Medina no es un ciudadano gris, no es un líder gris, no es un Presidente gris. La trayectoria de su vida resplandece cuando se ausculta y se contrasta.
Danilo es bochista, producto y ejemplo del legado luminoso que forjó su líder y maestro. Es diferente, único en la totalidad del discipulado que honra la memoria del Profesor Juan Bosch. Transparente en su accionar, no necesita de oropeles para brillar.
Los signos de la época y la coyuntura local que han perfilado su liderazgo social y político son brillantes. Sus metas presidenciales e intenciones son expresión de lo nuevo. Sus palabras son coherentes con los hechos que desatan.
Danilo está construyendo junto al pueblo dominicano un futuro luminoso. El 2013 será un año de sacrificios que abonarán las políticas públicas por cuyos resultados hemos esperado durante décadas. A pesar de las condiciones actuales del entorno internacional y sus efectos negativos, el país seguirá creciendo.
La República Dominicana, con Danilo como líder del proceso, reorientará el modelo de desarrollo de manera que este incluya y sirva a la mayoría de los dominicanos. En ese sentido, el atractivo del Presidente es creciente puesto que se trata de hacer lo que nunca se ha hecho.
Por demás, quienes le acompañan, el pueblo dominicano, tampoco son hombres y mujeres grises.
Felicidades y prospero año nuevo.
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