Desde hace dos años, los miembros del “caucus” hispano del
Comité Nacional Demócrata veníamos estudiando y analizando que la
única posibilidad real de los republicanos de ganar la presidencia del
país era si obtenían por los menos en un puñado de estados claves, 40%
del voto hispano.
El problema que teníamos y ahora se puede revelar, era que en las
encuestas internas del partido indicaban que ellos tenían cerca del 43%
del voto hispano, entonces, ¿qué hacer para contrarrestar eso?
Para esa época, ellos habían retomado la Cámara de Representantes
amparado por la ola y energía del partido del té (tea party), movimiento
éste de ultra derecha, con un tinte alto de racismo. Ellos tenían y
todavía tienen posiciones extremistas y amenazantes con respecto a
eliminar de un plumazo los logros alcanzados por la reforma de salud.
Ley ésta que con tanto empeño y sacrificios había logrado pasar el
presidente Obama en beneficio de los más necesitados, especialmente de
nosotros los latinos.
No tuvimos que hacer mucho esfuerzos, pues ellos mismos se mataron
como Chacumbele. Empezaron una campaña alocada en contra de los
ilegales, donde exigían que más de 12 millones de ellos fueran
deportados sumariamente, no importa si hubiesen nacidos en la nación y
sólo conocieran el país donde habían vivido y habían sido educados.
Para estos fines pasaron leyes extremistas en algunos estados, en
violación clara en algunos casos, de la Constitución misma de la nación.
Cadenas de televisión importantes, con conocidos periodistas y
analistas políticos, la emprendieron en contra de nosotros; no había
espacio para el diálogo, demandaban que fuésemos ejecutados civilmente.
Así lo pedía Romney en su lucha por ganar las primarias republicanas. Es
más, en las primarias del estado de Florida pidió que “voluntariamente,
nos fuésemos del país”.
Nuestro Presidente hizo lo contrario; reaccionó el pasado mes de
junio con una medida que permitirá a casi un millón de jóvenes sin
papeles, solicitar la cancelación de su deportación.
Hasta que llegó el 6 de noviembre, sólo obtuvieron el 29% del voto
hispano en estados claves como Nevada, Colorado, Nuevo México, Virginia y
Florida. Ese voto-castigo significó el descocotamiento del Partido
Republicano.
Los republicanos no acaban de entender que todos los días nacen en la
nación 15,000 niños de origen hispano, que todos los meses se añaden a
la lista de potenciales votantes 50,000 jóvenes hispanos, esta acción
añadió más de dos millones de votantes desde las últimas elecciones
presidenciales.
Tampoco entienden que somos la minoría mas importante con casi el 17%
de la población y que sin nosotros no hay futuro político. En el año
2045 seremos la mayoría en la nación y los blancos pasarán a ser la
minoría mas importante; esa es la realidad política, y lo demás es
cuentos de chinos.
Hubo otros factores en la victoria demócrata: las mujeres votaron
55%-43% y los jóvenes votantes, 60%-36%, estas dos realidades,
combinadas con el voto hispano de 71%-29%, selló el triunfo de Obama.
La razón de la pérdida del voto femenino se debió principalmente por
su posición tan radical sobre el aborto y los anticonceptivos, y el de
los jóvenes, por su indiferencia sobre asuntos medio-ambientales,
pero creo también que les afectó su hostilidad a los asuntos sociales
y el no querer imponer impuestos a los ricos.
La realidad política es que las tropas republicanas están como esos
abejones que han recibido el olor de un repelente, volando en todas
las direcciones sin rumbo fijo y sin saber dónde se van a aposentar. Y
lo peor de todo para ellos es que no se ve en el horizonte ningún
líder de envergadura que venga a rescatar sus tropas. Que en paz descansen.
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